"Gustos son gustos"

Domingo 23 de Agosto de 2009.
Escuchando el disco "Confesiones del Viento" de Liliana Herrero.

"Nunca escribas cartas a quien no te corresponda
No mires eclipses sin dormir
Nunca batas claras viendo tele que se cortan
No bajes cordones en patín
No aceptes regalos de un extraño que es deshonra
No dejes un gracias sin decir..."


"Nocturno Suburbano" - Pedro Aznar



Uno de los días de esta semana me sentí con la necesidad de subirme al colectivo para poder perder la mirada en las cosas en movimiento, sólo para poder recordar el paso del tiempo y la inquietante inestabilidad del movimiento que siempre nos tiene entretenidos en la vida. En un determinado momento todo iba bien, la gente iba muy calma, nadie en el fondo iba con el celular prendido al máximo volúmen con la música más espantosa, no había ninguna pareja discutiendo, el chofer no hablaba con ninguna señora disconforme por el mundo de los jóvenes de hoy; sin embargo en uno de esos momentos en que hay un lindo silencio, un muchacho sentado a tres asientos de mí dijo en voz alta: "en la vida hay de todo, no siempre es dulce de leche granizado". Ante tal comentario no pude menos que volver a ponerme en posicion cómoda, pegar la cabeza contra la ventana y seguir pensando, o haciendo el esfuerzo de.

No faltó un segundo para que a mi mente se venga el gran momento de tener que elegir un gusto en la heladería. En lo personal elegir un gusto es toda una aventura. ¿Cómo sería si en la vida podríamos elegir lo que nos toca vivir? ¿Acaso trataríamos de evitar esos momentos amargos, esos momentos que no tienen nada de especial, esos momentos que están llenos de intriga porque son experiencias nuevas? ¿Buscaríamos elegir entre tanta variedad lo que estamos acostumbrados a pedir o trataríamos de correr el riesgo de pedir algo que no sabemos si será del todo agradable y si combinará con aquello otro que ya pedimos?

Quizás esto de poder elegir todo a nuestro "gusto y piacere" nos evitaría la posibilidad de pensar en algunos momentos que "todo es una gran mentira", que "la vida está puesta en contra mío", que "el mundo gira para un lado y yo voy en reversa". Pero... ¿realmente sería una experiencia digna de ser vivida, renovadora? ¿Realmente seríamos capaces de crecer viviendo de ese modo?

Andar por la vida atados a los gustos que siempre pedimos tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. La señorita costumbre nos enseña que con ella no corremos riesgos de derramar lágrimas pero tampoco se da cuenta de que podemos terminar llorando de la risa o de la simple alegría de poder vivir; que con ella no vamos a sentirnos los seres más trites y solitarios pero también se pierde la oportunidad de enseñarnos que podemos llegar a ser considerados como esos locos lindos con los que da gusto hablar un rato porque contagiamos un poco de ganas de seguir.

"Gustos son gustos", "gustos hay para todos" y menos mal que a todos no nos gusta el mismo gusto, porque si nos gustara el mismo gusto a todos juntos... ¿que sería de de este mundo? El hecho de imaginarme una heladería con un solo gusto me da cierto escalofrío, como así también la vida sin la posibilidad del fracaso, la vida sin la dulzura que le dan los riesgos. La vida al fin termina siendo para mí como esa pared llena de misteriosos gustos que en sí cada uno contiene tantas alegrías como dolores pero que aseguran hacernos crecer cada día un poco más. Si fuera sólo dulce de leche granizado sería realmente empalagador y podríamos llegar a cansarnos de su gusto.

Gracias Maqui por hacerme acordar de estas canciones...

"Dudar hasta la duda"

Domingo 16 de Agosto de 2009.
Escuchando el disco "Only love can sustain" de Luis Alberto Spinetta

"Hermana duda,
Pasarán los años,
Cambiarán las modas,
Vendrán otras guerras,
Perderán los mismos
Y ojalá que tú...
Sigas teniéndome a tiro.
Pero esta noche, hermana duda,

Hermana duda, dame un respiro"

"Hermana duda" - Jorge Drexler

Esta semana fue muy buena, una de esas semanas en las que uno se siente verdaderamente perdido y enredado en una telaraña de sensaciones raras. Precisamente en esta semana se me vino a la cabeza un buen compañero de uno de los trabajos que tuve, el cual, el primer día de trabajo al momento en que yo le comenté que estudiaba filosofía me dijo con toda tranquilidad: -Bueno, acá vas a poder encontrar muchas preguntas nuevas-. ¿Eso era bueno o era malo?

Generalmente vamos por la vida preocupados en encontrar respuestas a muchas de las cuestiones que hacen de la vida algo enmarañado, algo que tiene cierto grado de misterio que no deja buscar con tranquilidad la forma de desenredar el ovillo de sentimientos, ilusiones y proyectos que nos haría estar seguros de qué camino seguir.

Buscando esas respuestas se corre el riesgo seguro de caer en tantas descepciones que muchas veces dan ganas de dejar de pensar, de dejar de buscar, de abstraerse del espacio y del tiempo y por algún momento sentir que nada de lo que fue y nada de lo que es y será en realidad existe. Es ése momento en el que sólo pocas cosas son capaces de hacernos volver a querer correr el riesgo. Es justamente en ese momento en que las respuestas pierden todo sentido, simple y llanamente porque pensamos que todo lo que creíamos saber está tambaleando. La duda ganó la mayor parte del terreno. Pero no todo, siempre queda un pequeño espacio que no puede conquistar.

¿Será ese el momento en que más necesitamos de nuestras preguntas? El momento en que realmente nos sentimos perdidos: ¿Qué es lo que más nos reconforta? ¿Qué es aquello que nos puede hacer revivir la esperanza de que en algún momento podamos "volver a ..."?

Cuando se pierde un amor, se vive un fracaso, se sufre una pérdida, se vive una situación dolorosa lo que menos resiste es la certeza y por lo general es la duda lo que nos lleva a levantarnos y por fin dejar de pensar y empezar a vivir sostenidos en el "¿qué será?"; confiados en que él, ella, eso, aquel o aquella sea quien nos motive.

Como me gustaría saber hasta que punto este delirio es cierto, aunque no se si cierto pero al menos probable. La pregunta quedará entonces como siempre triunfante, al fin y al cabo es la que siempre queda en pie.

"Ser como el niño"

Domingo 9 de Agosto de 2009.

"Hacer con cariño.. hacer con cariño..."

Escuchando el disco "39º" de Lisandro Aristimuño

Hace un no muy largo tiempo yo fui dueño de una concesionaria, abogado, locutor, doctor, conductor profesional de automoviles, chofer de colectivos y de limousines, cocinero, soldado, pastelero, contador, miembro de la primera junta, gaucho, policía, ladrón, periodista, detective, marinero, bancario, croupier y cantante. Sencillamente y sin muchos estudios ejercía mis profesiones a merced de cada día. Iba eligiendo como ayudar a los que tenía alrededor dependiendo de quien estuviera en ese momento en casa sin pasar por traumas y frustraciones, sin sentirme presionado para terminar un trabajo, sin tener la presión de tener que "quedar bien con..." para "ganarme ese puesto de...".

Nada en ese mundo marcaba de manera tajante un estilo al cual atenerse, todo era libre expresión y esa libre expresión no perjudicaba a nadie y era entendida por todos. La dedicación que ponía a mis trabajos no era mensurada por nadie ni valorada en términos monetarios. No existía la explotación ni la disconformidad, no había que responder al protocolo y tampoco había que agachar la cabeza frente al que tenía poder.

El poder que tenía en ciertas ocasiones significaba poder detener el tiempo, salvar a los amigos que estaban encerrados, conquistar un territorio enemigo.

Mi primer auto propio me salió nueve pesos, los cuales los junté con el esfuerzo de ir al super de la esquina a comprar la lista detallada que mi mamá me armaba con bastante paciencia. Todos los vueltos eran para mí porque cumplía al pie de la letra el pedido que me armaban. Tan al pie de la letra que una vez, en uno de esos viajes, tuve una discusión con el verdulero, el cual no entendió que yo sólo quería comprar una hoja de lechuga (pues, en el papelito decía -una hoja de lechuga-); cuando por fin entendió me la dió y yo me fui feliz con mi hoja de lechuga. Confieso que me sorprendió mucho que no me la cobraran y que todos se sonrieran a ver en mi bolsita la hoja de lechuga.

Todo era tan simple en aquella época.

Hoy caigo en la cuenta de que no hay nada comparable con esa época tan mágica de la niñez. No porque esté llegando al final de mi vida, ni porque me sienta mal por haber crecido. Solo quiero traer al recuerdo esas cosas que nos hacen lo que somos para que no desaparezcan. Tan solo para evitar caer en el olvido de esas fantasías que nos hacen un poco más felices a la hora de enfrentar la realidad de "gente grande".

Solo un niño tiene la grandeza de entender el protocolo como un disfraz más, una careta que sirve para fingir algo que los demás quieren ver, algo que sirve solo para un rato. Solo un niño es capaz de entender a la amistad y al amor como lo que verdaderamente son, sin importar los títulos, sin tenerle miedo a los fracasos, sin medir los riesgos ni economizar los abrazos, los besos y las lágrimas que se regalan con tanta sencillez.

Solo un niño es capaz de ser Feliz con su pequeño mundo... repleto de ilusiones pero inmerso en la realidad...

GRACIAS POR REGALARME EL TESORO DE TU SONRISA...
[...]
- La gente tiene estrellas que no son las mismas. Para los que viajan, las estrellas son guías; para otros sólo son pequeñas lucecitas. Para los sabios las estrellas son problemas. Para mi hombre de negocios, eran oro. Pero todas esas estrellas se callan. Tú tendrás estrellas como nadie ha tenido...
—¿Qué quieres decir?
—Cuando por las noches mires al cielo, al pensar que en una de aquellas estrellas estoy yo riendo, será para ti como si todas las estrellas riesen. ¡Tú sólo tendrás estrellas que saben reír!
[...]
Extraído de "El Principito" de ANTOINE DE SAINT - EXUPÉRY

Primera advertencia

Domingo 2 de Agosto de 2009
Escuchando el Disco "Bocanada"de Gustavo Cerati

Sin ánimos de sonar un tanto esperanzado pongo en estas primeras líneas eso que no se sabe bien que es, las palabras que buscan definir un espacio sin otro fin que el de soltar frases al aire y dejarlas que allí estén, cómodas, vigilantes ante cualquier situación de este mundo que nos lleve a mover alguna de las neuronas que nos quedan entre tanta radiación.

Dedicando este sitio a aquellas musas, que en tono compasivo se han pirado fugazmente para evitar algún daño grave a quien visite este espacio, pongo en construcción este blog, que tratará de ser una especie de "ágora del delirio" en donde las apariencias no engañan.

Como no quiero sonar latero pienso que en un último punto importante cabe aclarar que el selecto contenido de este espacio NO va dirigido a nadie en particular, pero es necesario decir que no es un blog de brazos abiertos, sino más bien entreabiertos y ojos entrecerrados con gesticulación de sospecha1. Eso quiere decir que todo aquel que crea ser superior a alguien, todo aquel que crea que la juventud está perdida, todo aquel que piense que está seguro y no duda absolutamente de nada tendría que pensar dos veces antes de seguir visitando este sitio, a menos que se piense corajudo y le guste chamuyar.


Notas:
1. Aquí los sentimientos se expresan y no se reducen a vagas ilustraciones frias y limitadas.