"Sean eternos los Laureles..."

Martes 29 de Mayo de 2012.
Escuchando repetidas veces el tema "Sometimes" de Holy Piby.


"Sometimes, sometimes
the road scares, the road scares"

(Sometimes - Holy Piby)

Así como los cuerdos menos, hoy en el colectivo logré alcanzar algo de ese silencio que necesito muchas veces de mi vida y, así pude disfrutar un rato del privilegio de la visión. Y lo que ví no fue algo que me agradara en demasía, sino que de alguna manera pudo entristecerme unos momentos. ¿Por qué? se preguntaran aquellos optimistas que van por la vida tratando de acortar los vasos para verlos siempre llenos; y la respuesta a esa pregunta quizá sea un poco triste, pues de eso se trata. Porque vi muchas caras tristes, otras que trataban de ocultar su sonrisa y otras que estaban demasiado ocupadas para acordarse de ese sencillo movimiento muscular.

También se me vino a la cabeza la frase del himno que titula este juego de palabras y que hace días me esta resonando y no me puedo sacar de encima. Quizá por el peso que tienen esas palabras, por lo importante que quiere reflejar esa preciosa metáfora, por el rotundo compromiso que implica el cantar esas palabras a viva voz.

¿Que querrá decir este otario mezclando estos dos temas? se preguntaran aquellos impacientes que compran relojes sobrealimentados para que el tiempo suceda presuroso. Quiero hacer referencia en este momento a la relación que le encuentro a la sonrisa con esos laureles de los que nos habla nuestro Himno Argentino.

El laurel, en la historia que tiene sus orígenes en la mitología griega, siempre simbolizó la victoria. Y que interesante resulta pensar esta simbología teniendo en cuenta su lento crecimiento.

Quizá ahí esta el miedo que siempre nos genera el camino, en la lentitud de los procesos y, sobre todo, en el largo tiempo que implica conseguir verdaderos triunfos, auténticas victorias. Y es aquí en donde entra en juego esto de la sonrisa, ya que considero que ella es uno de los triunfos más grandes de la persona. Por su utilidad. Por su sencillez. Por su enorme potencialidad de ser contagiada, casi como un virus. Y sin embargo muchas veces la olvidamos, la evitamos, egoístamente la economizamos. ¡COMO SI SE FUERA A GASTAR!

No digo que deberíamos vivir sonriendo, ni que no podamos estar tristes y, hasta incluso, disfrutar un poco del sufrimiento. Pero, una vez que logramos alcanzar el triunfo y sonreir... ¿No sería maravilloso pensar... "SEAN ETERNOS LOS LAURELES QUE SUPIMOS CONSEGUIR"; al menos con el objetivo de valorar aquello que tanto nos costó alcanzar?

Así también con nuestra libertad, nuestra historia, nuestra vida. Esos regalos que supimos conseguir como personas a lo largo de nuestra Historia. ¡Qué Triunfos! ¡Qué Olvidos! ¡Que desperdicio enorme sería perder esos Laureles que SUPIMOS CONSEGUIR!

OID MORTALES EL GRITO SAGRADO: LIBERTAD, LIBERTAD, LIBERTAD.